Las paradojas de la mítica Frida Kahlo y las contradicciones que presentaba su vida como amiga del comunismo sin renunciar al lujo del capitalismo, se presentan también tras su muerte.
La familia de Frida Kahlo llevan años disputando la marca e imagen de la artista contra la sociedad panameña Frida Kahlo Corporation (FKC), quién actualmente ostenta los derechos de propiedad intelectual y marca de la pintora en todo el mundo.
El origen viene del acuerdo de la asociación y posterior contrato entre familiares de Frida Kahlo y la empresa FKC en el 2005. Sin embargo, la disputa sobre los derechos surge a raíz de la comercialización de la muñeca Barbie inspirada en la artista, cuando la familia les demanda por explotacion ilícita. Entienden que el contrato con FKC no se trataba de una venta de derechos en exclusiva, sino de una asociación de know-how para promover y crear la marca de la artista, pero no de una cesión de derechos de propiedad intelectual ni de marca como tal.
Lo que está claro, por ahora, es que para poder comercializar la imagen y nombre de Frida Kahlo hay que pedir la autorización a la sociedad FKC.
De momento, habrá que esperar que se cumplan los 100 años de la muerte de la artista, según la legislación mexicana, para que sus obras sean de dominio público y por tanto, puedan ser explotadas libremente. La cuestión será dilucidar si la sociedad FKC seguirá manteniendo el monopolio de su obra como marca.